viernes, 25 de abril de 2008

tierra de hormigas

Esta mañana. como tantas mañanas, al salir de casa me he incorporado a la fila de trabajadoras que iba hacía el Sur.
Me gusta el Sur.
Algún día no encontraré mi alimento
y llegaré hasta el Sur entonces sabré porque me gusta.
Nunca he sabido porque vamos en fila, nadie me lo ha explicado, pero así es como vamos todas así que no voy a ser yo quién lo cambie; bueno, todas no, las exploradoras van solas (que miedo), hay que ser muy valiente para ser exploradora.

Ahora parece que giramos un poco hacia la izquierda, tenemos que ir mirando al suelo, normalmente es de algún tono de marrón, a veces es gris y entonces es muy duro y las patas no se hunden y es incómodo. Cada rato hay una vigilante, ellas cuidan de que no levantemos la cabeza y nos avisan si nos atacan, las vigilantes tienen que ser muy observadoras y cuando nos llaman la atención tienen que ser educadas.

Cuando creo que no me ven, levanto la cabeza, primero los ojos, luego subo también el cuello. Claro, lo primero que veo es el culo de la compañera que va delante mío, pero luego por un lado esta la fila de las que vienen ya con la comida y por el otro, se puede ver a la distancia, a veces es azul, a veces no. Rápidamente vuelvo a mirar al suelo, hay muchas vigilantes.
Se empieza a oír música.

A estas chicas de la música, a cambio del ánimo, deberíamos darles de comer en invierno, que luego lo pasan fatal.

Aquí hay una organizadora, es muy difícil ser organizadora, tienen que mandarnos a los sitios exactos donde está la comida, y no pueden mandar a más de las que se necesitan; me ha mandado ir a coger mi parte, bien, allá voy.
Es un resto de almendra, según el reglamento no puede ser más grande que siete veces mi cuerpo, pero... una compañera viene a por mi almendra, tengo que pelear, me han mandado a mí, tenemos que ser competitivas y luchar por lo nuestro (es una faena porque a mí no me gusta pelear, pero no puedo decirlo) mi compañera ha renunciado a la pelea, no me chivaré. Espero que no nos haya visto nadie. 
Cuando vamos cargadas, nos cuesta más andar, pero vamos ligeras porque la comida es una gran alegría para la madre. Dejamos la comida en la gran despensa para el invierno y antes de volver a salir tenemos un ratito para descansar. Voy a ver si tengo linea y meto este día tan intenso en mi blog "tierra de hormigas".
FIN. con mi agradecimiento a Esopo

1 comentario: