Desiderio se considera víctima de Zapatero desde que después de unos días de fiesta, vuelve a su trabajo ministerial a primeros de enero de 2006 y tiene un mail que viene a decir:
“como ha entrado en vigor la ley antitabaco y no vas a poder fumar mas en la oficina, inmundo fumador, este tu gobierno y empresario te paga un tratamiento de desintoxicación del cutre tabaquismo que padeces, amigo Desiderio”.
Con la confianza puesta en que nunca nadie hará nada, Desiderio (Desi a partir de ahora), rellena la instancia solicitando el tratamiento y se pone a trabajar.
Allá por el mes de Mayo, le llaman de la unidad antitabaquismo de Zaragoza para consulta en el Clínico y empieza el tratamiento de desintoxicación. Un completo. Con sus parches de nicotina, sus caramelos de nicotina, su seguimiento médico y psicológico y su terapia de grupo.
Ahora por la primavera de 2011, cariño (Tere a partir de ahora) lleva días diciendo que a ver si nos quitamos esos quilitos de encima (los de Desi), que si quieres que vayamos a un dietista magnífico que me han contado; Desi que no, que ya se queda sin cenar, que sólo cena unas piezas de fruta, que deja de usar los buses, que va a hacer deporte.
Hoy ha cogido del trastero esos patines que compro hace unos años para patinar con los niños y que dejo de usar en seguida, se ha acercado al puertecico junto al azud y se los ha calzado, los primeros pasos un poco patoso “no se de que se ríen los niños esos, no voy tan mal”, luego un poco más ligero da unas vueltas por allí, para coger confianza, una pareja deja de magrearse para mirarle (es mas entretenido), coge el carril bici hacia el puente de Hierro (o del Pilar), pasa un ciclista “eh, apartate, si no sabes patinar, ve por la acera”.
Los patines le empiezan a hacer daño por la tibia, de los dedos del píe derecho, mejor no hablar, llega hasta el puente y lo cruza, por la margen derecha llega hasta la pista que hay un poco mas abajo, allí se sienta en un banco, agotado, unos jóvenes hacen virguerías sobre patines, carreras, Zig-zag, les observa un rato, cuando recupera el resuello inicia el camino de regreso a casa. Cuando vuelve a cruzar el puente, se sienta en un banco junto a un contenedor, se quita los patines, se pone los zapatos y vuelve andando a casa